jueves, 26 de mayo de 2016

EL FONEMA Y LAS VARIANTES DE REALIZACIÓN (O ALÓFONOS)

Por Eduardo González
Se dice que cada una de las variantes de la pronunciación de un fonema se llama alófono. Del prefijo griego allos= otro; y fono=sonido. 
Los fonemas tienen variaciones dependiendo tanto de su intensidad como de su posición en el alfabeto gráfico. Dos sonidos completamente equivalentes en su producción y en sus características acústicas pueden ser equivalentes en un idioma determinado; podríamos llamarlos variantes de un mismo fonema. 
Los fonemas de una lengua son necesariamente distintos unos con otros, cuando se reconocen variaciones fonéticas de la misma entidad básica. Varían libremente de acuerdo con el estilo de hablar, la región o del contexto fonético. La variante libre o estilística puede así mismo coincidir con una diferencia regional o con una contextual. Además estas variantes en una lengua pueden ser fonemas distintos en otra. 
Por ejemplo, la /rr/ es un sonido trinado o golpeado co fluctuación en el número de golpes. Estos no pueden ser tan pocos como uno solo ya que en tal caso coincidirían con la /r/. Lo usual es dar tres golpes, pero si se pronuncia con énfasis pueden ser seis o más. 
Así entre /caro/ con un solo golpe y /carro/ con tres, hay un contraste indudable; pero la palabra ya no cambia si son cuatro, seis o diez. 
Luego hay un tipo de /r/ completamente diferente, que consiste en una fricción sonora, sin golpes; ciertas personas usan casi exclusivamente el tipo fricativo; otras casi nunca. No obstante, la persona que oye a otra, por lo general no se da cuenta del tipo de /r/ que ha estado escuchando. 
Existen también características regionales que diferencian los fonemas /y/, /i/ y /ll/, que se alternan sin que nadie parezca darse cuenta al parecido, en tanto que uno tiene bastante fricción palatal, como en habla argentina; otros usan variantes intermedias sin que se note. La pronunciación en el español guatemalteco, solo existe la /i/, pues no varía entre un sonido y otro, como en /iave/, /cabaio/, /iegua/. 
Entre los usuarios nativos de una lengua se presentan variaciones entre un tipo u otro, según reglas estrictas, aunque sin percatarse y solo se dan cuenta cuando se aprende fonética. 

Otro caso es la variante de realización por el cotexto, por ejemplo la  /n/ en diversas palabras, como en /manda/ que es dental, como la /d/ que le sigue; mientras en /manga/ se convierte en un sonido velar como la /g/; se trata aquí de una adaptación al sonido siguiente, lo que es un efecto natural, aunque no inevitable. La /m/ antes de la /b/, su sonido sigue siendo /n/, como en /sin enbargo/.
Existen idiomas como el ruso, en que se usa la /n/ en contacto con la /g/ sin asimilarla, para un hablante ruso será difícil pronunciar /manga/ con /n/ velar, como para un español pronunciarla de forma dental. 
La variación posicional en el español afecta los fonemas /b/, /d/ y /g/ cuando siguen una nasal como en /lindo/, /tango/, se pronuncian como oclusivas; mientras que después de vocales se convierten en oclusivas; mientras que después de vocales se convierten en fricativas. Esta diferencia pasa inadvertida en el uso corriente del español pero se nota claramente en otras lenguas. 
Por ejemplo, en inglés /singer/, no se pronuncia la /g/ sino se forma una /n/ velar /ŋ/ y solo en esto se diferencia de /sinner/. 

Cuando dos fonemas son semejantes en forma automática se alternan, usándose el uno exclusivamente en ciertas posiciones y el otro en las demás, decimos que son variantes complementarias. Si en la lengua materna de un hablante existe dicha alternancia, cuesta un esfuerzo liberarse de ella cuando se trata de aprender un idioma extranjero en el que no existe. Si un español intenta decir /rob/ (robe: toga, túnica), puede ocurrir que emita un sonido que se asemeje a /rov/ (rove: vagar); si pronuncia /brid/ (breed: raza) se asemeja a un sonido como /brit/  (breathe: respiro). 
Con ideas de
Swadesh, M. (1966) El lenguaje y la vida humana. México, Fondo de Cultura Económica USA.