sábado, 2 de enero de 2016

LITERATURA INDÍGENA

MANUSCRITOS INDÍGENAS
Por Eduardo González

Desde los días aciagos de la conquista y durante los primeros años de la dominación española, los indígenas, interesados en salvar diversos valores de su cultura, escribieron muchos textos, aprovechando el alfabeto castellano, bastante cercano al latín,  de los conquistadores.
La cultura maya ha sido estudiada por eminentes científicos a través de lo grabado en estelas, monolitos y en códices que registran su idioma flexible y onomatopéyico que evolucionó desde su estructura y el símbolo hasta el sistema fonético. El pueblo maya tuvo arquitectos, artistas, sacerdotes y astrónomos de singular sabiduría. 
Pueden señalarse dos motivaciones en la realización de los manuscritos indígenas. La primera persigue el interés de conservar sus creencias religiosas y sus tradiciones comunales, ejemplos claros son los libros del Chilam Balam, el Popol Vuh, el Título de los Señores de Totonicapán, y los Anales de los Xahil, también conocido como Memorial de Tecpán-Atitlán o Memorial de Sololá. O bien para deslindar o defender los derechos territoriales (caracterizado por intereses colectivos) y de señorío, el linaje de las familias o "grandes casas", como la Historia de los Patzay de Tecpán, el Título de la casa de Ixquin-Nehaib o Título de los Señores de Otzoya, Título de los Señores de Totonicapán, así como el Título de las Indias de Santa Clara la Laguna. 
La segunda motivación, sin perder nunca de vista los intereses indígenas, fue la incitación de los misioneros,  preocupados por penetrar en el sentido del pensamiento indígena, quienes se dieron cuenta de la importancia de la cultura autóctona o de la necesidad de conocerle a fondo o combatir su idolartría. Sin embargo, queda bastante material que expresa el pensamiento indígena y hay otra porción inspirada en el cristianismo, puesel indígena adoptó el mimetismo para preservar del olvido las tradiciones de su comunidad o sus ideas religiosas.
Los manuscritos indígenas se pueden clasificar de la siguiente manera: 
POR SU HISTORIA:
1. Los títulos o anales de los linajes, principalmente del siglo XVI.
2. Los libros de cofradías, reglas y doctrinas del catolicismo popular.
3. Calendarios adivinatorios del siglo XVIII.
4. Testamentos y títulos de tierras del siglo XVIII.
5. Dramas bailados del siglo XIX, correspondiendo cada tipo a una institución determinada. 
POR SU CONTENIDO: 
A. Textos de carácter religioso. 
B. Textos de carácter místico o legendario. 
C. Textos de carácter histórico.
D. Crónicas o anales, con registros cronológicos.
E. Migraciones: éxodo y sucesivos movimientos internos. 
F. Guerras de expansión y por el predominio entre las tribus. 
G. Hechos políticos de clanes o grandes casas, dinastías, genealogías y linaje.
H. Títulos de tierras o probanzas de propiedad.
I. Historia de la conquista española. 
J. Memorias familiares, testamentos y hechos de menor importancia. 
Gracias a los manuscritos indígenas y a sus coincidencias, ha sido posible recompensar en gran parte la toponimia de nuestro territorio, anterior a la conquista y el rebautizo de muchos lugares, por interesados en honrar a su pueblo y provincias nativas, así como en honrar todo vestigio de su paganía.
EL POPOL VUH
Considerado como la Biblia Kiché porque contiene la creación del pueblo indígena y las hazañas de los dioses, semidioses y los primeros hombres. Es una teogonía y una epopeya a la que se agrega la historia de los tiempos primitivos del pueblo. 
El Popol Vuh o libro del Consejo de los indios Kichés, se transmitió oralmente hasta mediados del siglo XVI, en que fue escrito por un indígena, Diego Reynoso, en lengua Kiché, pero con caracteres latinos. En el siglo XVIII lo tradujo Fray Francisco Ximénez, cura párroco de Santo Tomás Chuila; hoy Chichicastenango. Se incluyó en el primer tomo de la Crónica de la Provincia de Chiapay Guatemala con el título de "Empiezan las historias de las indias de esta provincia de Guatemala". Actualmente se encuentra en la Biblioteca de Newberry de Chicago. 
El manuscrito establece que en la antiguedad exstía un libro llamado Popol Vuh, en donde se refería el origen del mundo y de la raza aborigen. 
          "Esta es la manifestación y publicación de lo que estaba oculto (...) la declaración y la narración (...) Existía el libro original, escrito antiguamente, pero su vista está oculto al investigador y al pensador, grande era la descripción y el relato de cómo se acabó de formar todo el cielo y la tierra...." (Popol Vuh, Preámbulo)
PRIMERA NARRACIÓN 
Trata de la creación del mundo y de los animales, luego los intentos de la creación del hombre (barro, madera y maíz). 
SEGUNDA NARRACIÓN
Se refiere a las aventuras de Hunahpú e Ixbalanqué, dos gemelos semidioses y la de sus padres, quienes murieron en el reino de Xibalbá. Sus enfrentamientos con los gigantes Vucub-Caquix, Zipacná y Cabracán, y finalmente convertirse en el sol y la luna.
TERCERA NARRACIÓN
Contiene importantes datos acerca del origen de los pueblos indígenas de Guatemala y las cuatro casas grandes provenientes de los primeros cuatro hombres de maíz: Balam Quitzé, Balam Akab, Mahucutah e Iqui Balam.  Sus migraciones, sus guerras y el predominio de la raza kiché hasta antes de la conquista. 
MEMORIAL DE TECPÁN-ATITLÁN O ANALES DE LOS KAQCHIQUELES
Llamado también Anales de los Xahil, es una obra teogónica, épica y religiosa. Escrita por dos indígenas miembros de una de las casas grandes en Iximché, Francisco Hernández Arana y su nieto Francisco Díaz Gebuta Quej, miembros de la parcialidad Xahil, Sololá; quienes vivieron en el tiempo de la conquista, en el lenguaje mismo de sus antepasados.
Este manuscrito relata la historia, tradiciones, leyendas y muestra el espíritu de la raza Kaqchiquel. Fue encontrado en el año de 1844 por Juan Gavarrete y traducido al francés por Brasseur de Bourbourg (1855).
El Memorial de Tecpán Atitlán fue escrito por un principe indígena que vio la caída de su imperio, la muerte de sus reyes, la demolición de sus templos y ciudades, el exterminio de su raza, y lo que tiene de más sagrado un pueblo: sus tradiciones y su religión entregadas a las llamas inquisitoriales. 
El libro es considerado, por sus méritos históricos y lingüísticos, como el documento más valioso de la literatura aborigen americana. En el se reafirman las ideas cosmogónicas relatadas en el Popol Vuh, narra en forma de fábulas algunos episodios de la edad heroica, riendiendo culto a lo maravilloso, como a la creación del hombre de maíz. 
La segunda parte narra la llegada de los castellanos a Xetulul, donde son destruidos los kichés al mando de Tonatiuh Pedro de Alvarado. 
Las restantes páginas están compuestas de partidas de nacimientos, bautizos, matrimonios y demás incidentes de familia. El memorial revela una serie de fenómenos económicos, morales, religiosos, intelectuales, artísticos, jurídicos, políticos del pueblo Kaqchiquel. 
EL RABINAL ACHÍ O VARÓN DE RABINAL
Vertido a la escritura latina desde 1856, no deja de aún de ser la única pieza del antiguo teatro amerindio que haya llegado hasta nosotros, sin que podamos descubrir en ella, en la forma o en el fondo, la mínima traza de una palabra, idea o hecho de origen europeo. Este drama sobrevivió en la tradición oral hasta 1856, hasta que el sacerdote Charles Brasseur de Bourbourg lo tradujo, según la narración en Achí de Bartolo Sis. 
Fue declarada Obra Maestra de la Tradición Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO (2005). 
El nombre original es Xajoj Tun (Danza del Tun). es un drama completo con músicos, baile, diálogos y empleo de máscaras y trajes apropiados. Al contrario de otros manuscritos, en este la religión no juega ningún papel importante, ni una sola vez se habla de los dioses, ninguno de sus nombres es citado, ninguno de sus ritos, ni la más pequeña señal de ceremonia religiosa, ningún sacerdote representa siquiera un papel mudo; se puede admitir que el drama es un raro ejemplo de las tradiciones prehispánicas. La obra se divide en cuatro actos en los cuales se narran los mitos del origen del pueblo Kechí y las relaciones político sociales de Rabinal (Baja Verapaz, Guatemala) y el conflicto entre los Rabinaleb y los Kiché .
Kiché Achí es capturado y llevado a juicio ante el rey de Rabinaleb Hob Toh (cinco lluvias), por haber intentado secuestrar a niños de Rabinaleb. El Kiché Achí y sus tropan han destruido cuatro poblaciones y obliga a sus habitantes a pagar tributos, después de días de batallas, es capturado y llevado a la fortaleza del "fuego de la vibora". El prisionero acepta su culpa y pide que se le permita ir a despedirse de su pueblo. Al regreso se le permite bailar al ritmo del Tun con la princesa de Rabinal y con las trece águilas y trece jaguares, guerreros de la fortaleza quienes lo tienden en la piedra del sacrificio y le abren el pecho.